Causas de desequilibrios energéticos

Sin embargo, a lo largo de nuestras vidas estos intrincados sistemas energéticos con frecuencia se ven comprometidos por una amplia variedad de influencias perturbadoras. Algunas son externas, como la exposición a entornos y sustancias tóxicas. Otras son de naturaleza más sutil e interna.
Entre las principales causas de los desequilibrios y bloqueos energéticos que subyacen las condiciones crónicas de agotamiento se encuentran:

Traumas emocionales no resueltos: Las heridas psicológicas y emociones intensas reprimidas como el miedo, la ira o el dolor, si no se procesan adecuadamente, se enquistan literalmente en los cuerpos sutiles como densos residuos energéticos que obstruyen el flujo.
Creencias, programas y votos limitantes: Nuestros patrones mentales y las identidades que abrazamos también tienen expresiones energéticas que pueden bloquear nuestro crecimiento. Los votos y juramentos que hacemos, incluso inconscientemente, tienen un enorme poder para atarnos a realidades desempoderadas.
Influencias kármicas e intergeneracionales: Algunos bloqueos provienen de vidas pasadas o son heredados de nuestros antepasados a través de líneas energéticas familiares. Estos patrones enquistados pueden activarse y necesitar ser abordados.
Implantes, atascos y entidades energéticas: Sutil pero muy real, estas intrusiones energéticas externas de distinta índole pueden unirse a nuestro campo y drenar nuestra fuerza vital.

Todas estas influencias disruptivas tienen la capacidad de fragmentar y desequilibrar nuestros sistemas energéticos, cortar nuestras conexiones con las fuentes superiores de Ser, y finalmente precipitar en el plano físico como diversos síntomas de enfermedades y condiciones de agotamiento.

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